1. Captar la atención
El primer paso es enganchar. Usa una historia, una estadística impactante o una pregunta que haga pensar. Y no olvides demostrar que sabes de lo que hablas: sé creíble desde el principio.

2. Mantener el interés
Una vez que los tienes atentos, no los dejes ir. Comparte algo nuevo y relevante. Ejemplos reales, metáforas o anécdotas son herramientas poderosas para mantenerlos conectados.

3. Convencer con argumentos
Haz que crean en tu mensaje. Usa datos, evidencias y argumentos lógicos. Conecta con su razón (logos), su confianza en ti (ethos) y sus emociones (pathos).

4. Despertar el deseo
Convierte tu mensaje en algo que quieran. Muéstrales los beneficios de tu propuesta: desde ventajas profesionales hasta un cambio positivo en sus vidas. Haz que se sientan identificados contigo.

5. Llamar a la acción
Termina con fuerza. Resume tus puntos clave, lanza un llamado a la acción y deja una última impresión que los motive a dar el siguiente paso.

Con estas cinco ideas, harás que tus ideas no sólo se escuchen, sino que se recuerden. ¡Ponlas en práctica y marca la diferencia en tus presentaciones!