Cuando se trata de públicos difíciles, lo importante es convertir el desafío en una oportunidad de conexión y liderazgo.

Primero, se identifican las causas del conflicto. Luego, se escucha activamente, se construyen puntos en común y se mantiene la calma. Es esencial mostrar empatía y adaptar el mensaje sin perder de vista los objetivos.

¡Aplicando estas técnicas, se puede transformar la hostilidad en colaboración!