La brevedad no sólo se considera una virtud, sino también una aliada fundamental. Un mensaje corto, claro y directo permite conectar, impactar y dejar huella.
¿El secreto? Menos es más. Se recomienda hablar lo necesario, evitar el ruido y dejar a la audiencia con ganas de más.
Tres beneficios de ser breve:
– Se capta y mantiene la atención de la audiencia.
– Se facilita la comprensión y el recuerdo de las ideas.
– Se demuestra respeto por el tiempo de los demás.
Lo bueno, si breve, ¡breve!