El contacto visual no consiste únicamente en mirar; implica generar una conexión auténtica que inspire confianza, despierte atención y fomente la empatía. Una “mirada apreciativa” puede transformar cualquier presentación, aportando impacto y profundidad. Se trata de una mirada que nace del corazón: constructiva, positiva y llena de gratitud.
Establecer contacto visual de manera genuina permite transmitir mensajes con mayor claridad, interpretar las reacciones del público y ajustar el discurso en tiempo real, logrando una comunicación más efectiva y memorable.