Cuando hablamos en público, los primeros segundos son decisivos. ¿Qué define esa primera impresión?
– Contacto visual: Nuestra mirada conecta, genera confianza y atrapa la atención.
– Voz: El tono y la entonación refuerzan nuestro mensaje y despiertan emociones.
– Gestos y postura: Una postura firme y gestos naturales proyectan seguridad y coherencia.
Si dominamos estos tres elementos, lograremos presentaciones que impacten y dejen una marca imborrable en nuestra audiencia.